viernes, 7 de enero de 2011

El poder de pensar

Esto es lo que nos queda.

Estamos ante una de ellas. ¿Qué hay de las épocas donde no hay lugar a la elección? Vivimos tiempos de antes. El lujo de libertad de movilidad, de dedicación y abastecimiento. Ha terminado. Viéndonos como nos vemos ahora, limitados, descartados, apartados en el mundo laboral y social, nos hacen bastarnos con poco, pero obsequian también con un tiempo para la reflexión y el análisis, donde desde el lado de débil urdimos nuestra nueva manera de ver el mundo y actuar, porque volveremos al escenario social y a la obra teatral del mundo.

Las noticias de mal agüero, la corrupción sin escrúpulos. El discurso vacio, el entretenimiento barato. Todo lo que se queda en lo fatuo, en los arrabales de la importancia, y que no quiere/llega al fondo del asunto. Esto me incomoda, molesta. Indigna.