jueves, 10 de septiembre de 2009

11-S

"Qué cerca piensa el hombre en su juventud que está la meta. Ésta es la más bella de las ilusiones con que la naturaleza ayuda a la debilidad de nuestro ser" (Hölderlin)

Como cada año por estos días hago una pequeña reflexión, entre comparativa, valorativa o aleccionadora, de lo acontecido en los cada vez menos largos 12 últimos meses. Sin entrar en todos los pormenores acumulados en ese tiempo, y leyendo un poco de Hölderlin antes del sueño, creo que tengo ese mal que es albergar hermosos sueños pero no muchas fuerzas ("somos pobres en hechos y ricos en ideas"). La realidad y el deseo son, y serán, las eternas enfrentadas.

Para Hölderlin, el motor que puede arrancar el ímpetu para vivir son la juventud, la inocencia, la naturaleza. Y a eso le canta. Con 25 años y en uno de mis capítulos centrales, aún puedo rezar como él, a la juventud, a la inocencia (cuando se puede, ya no siempre). "El hombre es un Dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona". Si él era un mendigo de realidades (que es lo más probable porque no conoció éxito), y le faltaban las fuerzas, y a todos nos espera vivir de eso, de migajas, la salida es clara, sólo nos queda el Sueño. Y la Poesía.

1 comentario:

  1. Que en la nueva docena de meses pueda la realidad nutrir mucha de esa poesía que llamas sueño, o sueño que es poesía. Brindando el espacio que merece a cada paso en tu vida y disfrutando de su llegada, suave como una caricia, tranquilizadora, balsámica. Como mis manos en tu pelo, siente como lo menos importante da paso a lo que construya tu camino, y al acomodar silencios junto a las palabras certeras que mejor definan tu alma, aquellas que sólo tú prefieras, alcanzarás con la mirada el calor reflexivo que ocupe el lugar del destino en cada segundo de vida.

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