lunes, 2 de noviembre de 2009

El túnel

"Aqui no pasa nada, salvo el tiempo"

Y es el túnel blindado, infranqueable, el recorrido cilíndrico delimitado por el que andamos (vivimos); el túnel del tiempo al fin y al cabo, desprovisto de aberturas, hermético, por el que discurren los segundos implacables en esta cuenta atrás fatigosa, en este agarrar las 9:49 en un banco de un parque tranquilas; creyendo aprehender este sentimiento volátil que se desvanece al ponerme en pie.

La realidad no estará a la altura del sueño. La dulzura del sueño será más tarde considerada imaginación infantil, sueño relegado a rango de pensamiento desdeñable, habiendo perdido los matices anteriores. Pero solo asi continúo, no puedo aglutinar los sueños o reconsiderarlos insistentemente, si acaso revisarlos con la indiferencia (o mejor intrascendencia) que supone mirar al pasado. Sentir los recuerdos como un liquido derramado, esparcido, y no como el dolor del recuerdo viscoso, gangrenado.

Y me falla la proyección precipitada de las cosas, el apresuramiento, para nada, para que se caigan los castillos.

He visto mis cartas sobre la mesa, alguien hizo un sorteo, el reparto es definitivo para esta partida. Son mi sentencia de vida.

A veces los días son como la arena que se cuela entre los dedos sin dejar huella, constancia de que pasó por allí, de que hubo en algún tiempo arena. Los días que bañan la piel como arena que se desliza rozándonos y quedándose atrás. Y uno se da la vuelta y solo ve arena impregnada de nada. Acaso se lleva algo de sudor con ella, algo turbio. Ese mal recuerdo (dudosamente sedimentado), tapado bajo sucesivas capas en el cubículo inferior del reloj de arena.

Los días, en su mayoria huidizos y coladizos. La arena sabe de su homogeneidad, que aplacará el sentido de nuestra vista mientras permitimos que siga colándose entre nuestros dedos, sabiendo que no cortaremos su flujo por pura ceguera.

El sentimiento de imprimir páginas en blanco es devastador. Los días sólo me recuerdan que no hago nada con ellos.

“Este es un viaje del que cuando se vuelve no se tiene mucho que contar” (Pessoa)

1 comentario:

  1. los dias pueden ser muy unos cabrones muy desagradecidos, aunque esto no quita que siguan siendo un concepto in/humano.
    menos mal que nos quedan las noches...

    besos

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